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Mar en los huesos

8 August, 2018

Cuando Deminán Caracaracol rompió la calabaza…

 

Es el verso inicial que nos introduce al MAR EN LOS HUESOS, de la poeta Juana Iris Goergen. Este poemario se divide en tres partes: KU TEMPLO, AWA ALMA, BAGUA OMI MAR, y seis huesos líquidos que conforman el epílogo.

En él, se narra en verso lírico, casi meta poético; el mito del origen de los mares, la ancestralidad, la memoria del pueblo Taíno y de los pueblos antillanos, así también; devela la nostalgia y el amor grande que la poeta siente por el mar caribe y su cultura:
En el tercer hemistiquio de la memoria donde guardo la piel de mis ternuras hay rugidos de mar y osamentas de espumas.

MAR EN LOS HUESOS nos aproxima a la memoria de la esclavitud, que no se rinde a un legado advenedizo, producto del colonialismo. En sus aguas hay un fondo que se refleja como forma de resistencia cultural que sirve de guía para entender la historia, la cosmogonía y la identidad de los pueblos originarios de las islas del caribe y los pueblos africanos que se introdujeron desde 1510.

La primera parte: KU TEMPLO, poetiza el mito creacionista taíno, sus dioses, el origen de los humanos, la leyenda del mar y cómo las islas yacen desperdigadas de los huesos rebeldes del hijo del gran espíritu Yaya, (tremenda historia).

 

 

En el génesis de este libro se siente el eco de una voz humana primitiva, que resiste y que trasciende, aunque el lector tal vez necesite consultar sobre mitología taína para saber quiénes son los personajes y lo que representan en el texto. En la segunda parte: AWA ALMA, Zemíes y Orishas, convergen en un bullicio triste y alegre donde por un lado, la América indÍgena, convulsionada por la conquista, las enfermedades y los desplazamientos forzados, se encuentra con lo que el antropólogo Guillermo Bonfil denomina como “la tercera raíz de la identidad latinoamericana” las etnias esclavizadas provenientes de los puertos de la Costa de Oro, la bahÍa de BenIn, Biafra y todo el África centro occidental. En esta alma, los azotes y los tambores, se amasan como plátano y dan esperanza a los pies de la Ceiba sagrada.

La tercera parte: BAGUA OMI MAR nos recuerda las heridas en la historia que a través de la representación del agua, presentan la transformación, la purificación, la universalización rescatada de la memoria de los pueblos de lo que geográficamente se conoce como: la media luna de América Central Insular.

Descuajados de entrañas
con ruidos que se escoden en la raíz del mundo, linajes
honduras que intento sostener en la palma de mi mano.
Hombres y mujeres emplazados de dialectos son mi trama.
Escribo sus raíces en un libro para que descansen en él.

A lo largo del libro, como en el cuento de Hansel y Gretel, la poeta cita distintos escritores como: Aimé Cesaire, Luís Pales Matos, Julia de Burgos, Eduardo Galeano, etc. dejándonos un rastro de epígrafes que con su geometría apuntalan el mapa de la obra. El poemario se desarrolla con bastante sonoridad y musicalidad, por lo que además de lograr un libro con bastantes cúspides poéticas gracias a la lírica, ha permitido que la autora haga un performance de este poemario, en el que incorpora instrumentos precolombinos de viento y percusión, acompañado de danza y proyecciones como paralenguaje a la expresión verbal.

El epílogo se vierte nostálgico de agua seis veces, la sed regresa del libro mismo y se afirma testimonial en ese deseo de mar y de sustancia. En definitiva, el MAR EN LOS HUESOS de Juana Iris Goergen nos invita a perdernos en su espejo de poemas a través de la memoria y el lenguaje.