Andrea Ojeda

Andrea Ojeda

Muéstrame cómo eres

23 February, 2019

Hace poco más de un año el Vincent Price Art Museum de Los Angeles, California, le dedicó una exposición especial a la fotógrafa Laura Aguilar, titulada Show and Tell. La exposición duró hasta febrero del 2018, teniendo ya apartadas fechas para su traslado y presentación tanto en Miami como en Chicago. Tendremos el privilegio de apreciar esta obra a partir de marzo del 2019 en el National Museum of Mexican Art de Pilsen, pero lamentablemente, a su autora no podremos verla en persona. Laura Aguilar murió por complicaciones de diabetes, en abril del año 2018, a los tan solo 58 años de edad.

Laura fue hija de padre mexicano-americano y madre mexicano-irlandesa. Como sus padres eran de una generación que fomentaba la asimilación ante todo, creció como cualquier joven americana, hablando inglés y asistiendo a escuelas americanas; pero siempre tuvo curiosidad por conocer más sobre la gente que, ella veía, era más como ella: sus rasgos, su color. Se sintió siempre atraída hacia la cultura mexicana y su iconografía, pero fue finalmente en la universidad (en el East LA College) donde gracias a la tutoría de maestros como Sibyl Venegas pudo entregarse por completo a su estudio y a la consecuente búsqueda y encuentro de su identidad perdida. La fotografía fue el medio que eligió y uno que resultó idóneo para finalmente poder comunicar todo lo que tenía dentro; años de sentirse inadecuada y diferente, años de no poder expresarse con soltura gracias a sufrir desde niña de dislexia auditiva. Descubrió en el cuarto oscuro un vehículo de completo control creativo donde los únicos límites eran los que ella decidía no fotografiar.

Dando rienda suelta a sus inquietudes, descubrió el mundo LGBT de East LA y su propia sexualidad. Sabiéndose lesbiana, comenzó a fotografiar otras mujeres que frecuentaban el Plush Pony, un bar gay de gente de clase trabajadora. Ahí empezó también a rodearse de otros artistas chicanos, artistas que habrían basado su trabajo en la exploración de toda una simbología indigenista donde el chicanismo es sinónimo de Aztlán, y donde los cánones de belleza son otros. Comenzó a retratar el cuerpo femenino; no cualquiera, sino el suyo. El de una mujer gorda (large, dirían en este país), morena, de rasgos no caucásicos, lo contrario a cómo solemos ver representada a la mujer. Comenzó a viajar y a retratarse en la naturaleza. En compañía de su amiga y artista Delilah Montoya, viajaron sobre todo por los paisajes desérticos de California y por donde ella pudiera encontrar un lienzo adecuado para colocar su cuerpo, volviéndose ella misma parte del entorno: piedra, cuerpo, monte, tierra. Era la década de los 80s. Tendría tan solo veintipocos años.

Para cuando comenzaron los 90s, Laura ya había encontrado una voz propia y su nombre empezó a escucharse por los círculos artistas. De esta época es Three Eagles, una imponente imagen donde su cuerpo desnudo se ve rodeado de dos banderas, la americana y la mexicana, el escudo con el águila devorando una serpiente cubriéndole la cara, las franjas y estrellas abrazando su cintura y piernas, y una soga atándole el cuello y las muñecas. Poco después la invitarían a participar en la bienal de Venecia y a partir de entonces formaría parte de varias exposiciones.

Es esta, sin embargo, su primera retrospectiva donde se incluyen no solo muestras fotográficas sino también cartas y videos personales. Laura Aguilar fue una mujer prolífica y sumamente instruida, aunque primordialmente autodidacta. Su obra no solo fue capaz de sacarla de su gran caparazón, sino que ha dado a muchos jóvenes, mujeres, minorías, LGBT, y un sinnúmero de inadecuados, una vitrina donde, apreciarnos abiertamente en toda nuestra corporalidad, es no solo positivo sino imperativo.

 

1. Laura Aguilar, Three Eagles Flying, 1990, tres impresiones Gelatina de plata de 24 x 20 pulgadas cada una. | 2. Lauvra Aguilar, Plush Pony #15, 1992, Gelatina de plata, de 14 x 11 pulgadas. | 3. Laura Aguilar, 12 Lauras, 1993, doce impresiones Gelatina de plata de 24 x 17 pulgadas cada una. | 4. Laura Aguilar, Nature Self-Portrait #2, 1996, Impresión Gelatina de plata de 16 x 20 pulgadas | 5. Laura Aguilar, Nature Self-Portrait #11, 1996, Impresión Gelatina de plata de 16 x 20 pulgadas. Todas la imágenes son cortesía de Laura Aguilar y la UCLA Chicano Studies Research Center. © Laura Aguilar.