Jorge Mujica

Jorge Mujica

México del Norte

6 October, 2019

A pura trompada

No debiera sorprendernos, porque así se eligió y ahora busca su reelección, pero de alguna manera la andanada de ataques contra la comunidad inmigrante de parte de Donald El Trompas Trump nos ha agarrado medio desprevenidos.

Empezó hace un par de meses, con el famoso tuit de que “la próxima semana la Migra va a deportar dos millones de ilegales”. Era tan absurdo que hasta la Migra misma lo desmintió, pero causó pánico entre las comunidades que no se enteraron de la desmentida sino solamente del mensaje original, difundido a pasto por los medios comerciales de comunicación. Pocos de esos medios publicaron el desmentido de la Migra, porque los ratings dependen del pánico, y los precios de los anuncios dependen de los ratings, así que mientras más espantada la gente, mejor para los medios.

Siguió, dos semanas después, con una supuesta mega-operación sobre “mil 600 familias”, personas con órdenes de arresto pendientes y órdenes de deportación incumplidas, personas que perdieron sus casos de inmigración o firmaron “salidas voluntarias” y aparentemente nunca se fueron. Al final de dos semanas de “operativos” a domicilio, arrestaron a un gran total de unas 160 personas, un escaso diez por ciento de lo anunciado.

Pero aterrorizaron a decenas de miles. Los barrios latinos se vieron desiertos, sin gente en las calles, pocas ventas en las zonas comerciales, e incluso en algunos centros de trabajo hubo alto ausentismo.

Después vino la masacre de El Paso, cuando un blanco radical confesó haber manejado más de mil kilómetros para “ir a matar mexicanos” para “detener la invasión a Estados Unidos”. Quiso quitarle culpas a El Trompas, diciendo que desde antes de que fuera presidente ya era tan imbécil y racista, pero sin duda el ambiente creado por el fulano de la Casa Blanca se presta para un acto barbárico de ese tamaño. El hecho sucedió bajo El Trompas en la Casa Blanca.

A los pocos días, vino la redada de las procesadoras de carne en Mississippi, con 680 detenidos en un solo día, la mayor redada en más de una década. Las dos acciones volvieron a sumir a la comunidad en la incertidumbre, en el pánico.

Hemos insistido en que 680 es apenitas el 0.006 por ciento de los indocumentados, equivalente a seis de cada cien mil, digamos 30 personas del total de mexicanos en Chicago, quinta ciudad del mundo con más paisanos de este país.

Y muchos golpes bajos

Pero el punto de las trompadas no es su eficiencia o la estadística, sino causar el miedo y golpetear constantemente a los inmigrantes.

Estos días, El Trompas parece no llevar la batuta de las acciones, sino sus méndigos colaboradores, tal vez un poquito menos idiotas y más eficientes. Los últimos ataques son velados, casi discretos, pero más efectivos.

Por ejemplo, acaban de emitir una regla administrativa para mantener bajo detención indefinida a las familias migrantes mientras se tramitan sus casos en las cortes de migración, eliminando el llamado “Acuerdo Flores”, que establece los derechos de los menores de edad bajo custodia. Lograr ese acuerdo fue una batalla de 22 años en las cortes, y establece que los niños no pueden pasar más de 20 días detenidos y deben ser puestos a disposición de agencias gubernamentales de Servicios Humanos.

Afortunadamente Peter Schey, el abogado que ganó el acuerdo, está tratando de bloquear esta política administrativa. Hay otras, como la decisión de que para obtener un certificado de nacionalidad habrá que comprobar la “residencia legal” en Estados Unidos, y que ésta podría ser eliminada para los hijos de ciudadanos que nazcan en otro país, lo cual incluye a diplomáticos y soldados.

Pero para mí el peor de todos los golpes bajos son las Cartas No Match del Seguro Social. El Trompas, o sus corifeos administrativos, le ordenaron a la SSA que mandara cartas a 577 mil patrones, advirtiéndoles que “algunos de sus trabajadores” tienen “discrepancias” en su información en la base de datos del Seguro Social.

A pesar de que las cartas dicen claramente que no están relacionadas con el estatus migratorio y que no debe tomarse ninguna acción laboral en contra de quienes tengan discrepancias, el pánico (esta vez de los patrones), los lleva a despedir gente por todos lados. La consecuencia es la pérdida de estabilidad, antigüedad laboral y beneficios, y que mucha gente termine sobre-explotada en agencias temporales. Es una forma de bajarle el precio a nuestra mano de obra. Lo peor del caso es que es simple pelear contra las Cartas No Match, pero mucha gente no lo sabe, y la ignorancia está ayudando a El Trompas.

La bronca no está en si El Trompas se reelige o nó. La bronca está en si nos informamos y nos organizamos para devolverle las trompadas que deje para el futuro.